Y estoy aquí, sentada, mirando la nada, viendo como pasa la
vida, esperando a que pasen los meses, los días, las horas, esperando a que
llegue el día en el que vuelva a verte, ese día que tanto tiempo llevo deseando
su llegada, pero aún quedan meses que esperar, días que se hacen eternos sin
poder estar a tu lado, horas eternas extrañándote. Y este es mi día a día, tan
solo se trata de esperar, esperar a que el tiempo transcurra rápido, esperando
a ese anhelado día, en el que volvamos a vernos, tras largos meses de espera. Había
días en los que tu ausencia era más fuerte, se notaba más que ya no estabas
ahí, que no estabas a mi lado, otros días sin embargo, eran pasables, pero
siempre, cada día, cada hora, cada minuto, te puedo asegurar que tú estabas ahí,
siempre estabas presente, es decir, físicamente no podías estar, pero cada uno
de esos días en los que te esperaba, a pesar de no poder estar a mi lado, tú
siempre estuviste en mi corazón.
Eras imborrable, era imposible sacarte de mi
mente, y ya no digamos de mi corazón, lo intentaba y lo intentaba, pero no
lograba absolutamente nada, pero a pesar de ello seguía intentándolo, porque
sabía que mi amor no sería correspondido. Pero no lo lograba, no era capaz de
estar más de cinco minutos sin saber nada de ti, era algo frustrante el hecho
de que yo te necesitase tanto y tú, tú ni me recordases, o al menos eso creía yo.
Y entonces un buen día, tras varias semanas sin saber nada de ti, empezaste una
conversación con un “Te echo de menos”, en ese tiempo había logrado tanto y al
mismo tiempo tan poco, que esas palabras me confundieron, yo intentaba
olvidarte y sin más, cuando ya me quedaba un poco, cuando ya me quedaba menos,
pasaba esto. Me comí la cabeza pensando en un por qué, ¿Por qué ahora? Porque te
das cuenta de que me extrañas justo en este momento, simplemente necesitaba
saber un por qué. A medida que hablábamos, todos esos sentimientos que intenté
enterrar en lo más profundo de mi ser, resurgieron, ese sin fin de sentimientos
volvía de nuevo a mí y yo no podía hacer nada para evitarlo. Entonces, pasó
algo que sinceramente no me esperaba, aquel amor que intenté enterrar era
correspondido, en ese momento en el que leí tus palabras, lágrimas de felicidad
empezaron a caer por mis mejillas, en ese momento sentí una inmensa felicidad, en
ese momento me sentí como a tres metros sobre el cielo, en ese mismo momento no
poseía palabras con las cuales poder responder a esas preciosas palabras con
las cuales correspondiste mi amor, al final respondí, no como deseaba haber hecho,
si no como pude en aquel momento, tenía un
sinfín de sentimientos en ese momento, no me salían las palabras. Y por eso, lo
haré ahora, aunque será algo diferente. Mi vida, dejar de amarte, era, es y
será imposible, eres inolvidable, decirte que eres mi vida entera, que eres mi
todo no basta, porque simplemente no hay palabras suficientes como para poder
decirte lo mucho que te amo, lo importante que eres para mi, y si tengo que
esperar todos estos meses para poder estar a tu lado, yo te lo prometo, te
esperaré todo el tiempo que haga falta.